sábado, 11 de junio de 2011

El movimiento 15-M

El tema a tratar esta vez es el conocido movimiento 15-M, que empezó, como su nombre indica el día 15 de Mayo y que continua actualmente.
Lo que comenzó siendo una manifestación como otra cualquiera, se ha convertido en el movimiento revolucionario más importante que ha tenido España en muchos años, siendo seguido diariamente por los medios de comunicación de todo el mundo. Decenas de ciudades importantes con miles de personas reivindicando lo que se les ha arrebatado, la democracia y su derecho a participar en ella de forma libre, sin tener que vivir en un bipartidismo.
Dicho sea, en un principio no se esperaba que el 15-M tuviera la repercusión que ha tenido ya que las manifestaciones y huelgas por las que había pasado España recientemente no habían tenido el seguimiento que se esperaba, ni siquiera una huelga general había conseguido que la gente se manifestara para conseguir mejorar su situación.
Pero esta vez era diferente, aunque, ¿qué había cambiado?
Como bien es sabido por todos, España entró en 2008 en una crisis que no ha acabado todavía, por lo que atraviesa por una época de decadencia económica que no ha traído más que paro y miseria. La gente más desafortunada ya no tenía trabajo y los demás no podían seguir manteniendo el tren de vida al que nos habíamos acostumbrado años antes. Con este panorama España, fue tirando durante algunos años creyendo que la crisis era una situación pasajera y que volveríamos a la normalidad.
 Pero el paso del tiempo ha hecho mella en la población y lo que hace una década era el “spanish dream” ahora es la “spanish revolution”, la gente está harta de la situación de España y de la falta de acción por parte del gobierno, lo que sumado a que las decisiones de la gente sólo son tenidas en cuenta cada cuatro años ha dado como resultado una acción ciudadana de protesta, una reivindicación de sus derechos y una exigencia de soluciones.
Son miles las personas que están acampadas actualmente en Sol, principal foco de la manifestación, y muchísimas más las que van diariamente a apoyarles.
Yo personalmente, he acudido tres veces a la acampada de Sol y me siento afortunada de haber formado parte de la manifestación, en la medida de mis posibilidades, porque creo que España necesita un cambio y que somos los ciudadanos los que tenemos el derecho y el deber de cambiarla, empezando porque podamos decidir por nosotros mismos cuando sea necesario, no que durante cuatro años nos represente alguien que no sabe representarnos.
Aunque lo que no diría es que soy una indignada, al menos no como los de Sol, no me considero así por haber estado tres tardes. Los verdaderos indignados son los que antes de la manifestación han luchado por los derechos de todos sin haber conseguido una portada de un periódico británico o un canal de televisión. O también aquellos que no han podido ir a ninguna manifestación y que aún así apoyan el cambio.
Cada uno tiene derecho a luchar por lo que cree, y a ir a la manifestación (si quiere o no), pero recalco que en la medida de sus posibilidades, pero lo más importante es que apoye firmemente el movimiento y que sepa por lo que luchan, porque lo que pasa actualmente, varias semanas después de que haya empezado la acampada de Sol es que la gente va por ir. “No tengo nada que hacer me voy a la manifestación”. Pero esto pasa tanto con gente joven como con gente adulta. La gente no sabe por lo que se lucha en Sol, y aun así acuden y se sienten unos auténticos indignados por estar quince minutos viendo el panorama. Pienso sinceramente que el espíritu con el que nació la acampada se ha ido perdiendo. Como le escuché una tarde decir a una señora, “yo vengo porque esto es importante, sale por la tele” y cuando le preguntabas por el motivo de la manifestación te decía “yo de política no entiendo, pero creo que esta gente tiene razón”
Dejando a un lado esto, lo que más me llamó la atención de la acampada es el ambiente que inunda la plaza, hay un espíritu de unión que no entiende de edades ni de sexos. La gente está descontenta pero se ha organizado y está luchando por cambiarlo, está reaccionando, lo que en España, un país que sólo sale en manada a la calle cuando ganamos un mundial, es mucho.
Para acabar y aunque apoyo la manifestación, creo que el cambio en España se dará cuando pasemos de continuar acampados en una plaza para luchar por nuestros derecho de otra forma.
Cuando consigamos que se nos escuche y se nos tenga en cuenta, no como alguien más, sino como alguien que tiene algo que decir, habremos conseguido el cambio.
Pero mientras las altas esferas de España estén sordas, ciegas y mudas, seguiremos gritando eso de “si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir”...

domingo, 15 de mayo de 2011

Crítica a la clase de filosofía


El día que el profesor nos mandó hacer una crítica de la clase de filosofía me plantee a mi misma encontrar algo que no me gustara para escribirlo aquí, algo concreto que pudiera pasar un día cualquiera. Todavía no lo he encontrado.
Sólo tengo que recordar cualquiera de las clases dadas durante el curso para darme cuenta de que me gusta como son, con las risas, los paréntesis psicopedagógicos y el cuadrado de la muerte. No cambiaria nada.
Y por si acaso no se ha deducido con lo anterior, admito que la clase de filosofía es mi favorita, pero no sólo de este curso, sino de todas las asignaturas que he tenido a lo largo de mi vida, y eso tengo que agradecérselo a nuestro magnífico profesor, el único que consigue que en los cincuenta minutos que pasamos con él aprendamos y nos divirtamos como en ninguna otra asignatura.
Sin duda mi profesor tiene la receta del éxito académico, repite las cosas todas las veces que sean necesarias, combina las explicaciones con graciosos ejemplos de cosas que nos suelen pasar a los adolescentes (sobretodo con dibujos, mi parte favorita), y le añade ese toque de humor propio que le caracteriza, lo que da como resultado un público expectante, motivado y atento, algo casi imposible de conseguir en una clase con treinta adolescentes…Y como adolescentes que somos, tenemos  nuestros momentos de alboroto que son cortados de raíz, de nuevo, gracias a su propio método: el cuadrado de la muerte. Nunca creí que un par de líneas en una pizarra pudieran dar el miedo necesario como para conseguir lo que no consiguen las amenazas, callar en un segundo a treinta adolescentes gritones. Sin duda debería patentarlo.
Otra cosa que suele pasar, es que durante la clase se realizan preguntas que nos van derivando de un tema a otro, y acabamos hablando de algo que necesariamente no tiene nada que ver con la filosofía, pero aún así al profesor consigue relacionarlo con el temario y nos enseña cosas bastante interesantes.
Lo que también me ha llamado mucho la atención es la actitud que mantiene el profesor hacia nosotros, demostrando superioridad y dejando claro en todo momento quien es el que manda y el que pone los límites, lo que mantiene la seriedad en la gente. También repite muy serio que no somos más que su trabajo, una mera herramienta para ganar dinero y que en realidad no le importamos, aunque claro, luego nos trae chuches el día de su cumpleaños y lo estropea todo…
Y para acabar, después de darle las gracias por sus apuntes (que nos han quitado un peso económico y material), hay que reconocer las oportunidades que nos da en sus exámenes, sobretodo explicándonos antes como y que preguntas pueden caer, y la posibilidad de subir la nota publicando en el blog.
Sin duda, mi profesor de filosofía no es sólo mi profesor, también es mi héroe…

sábado, 26 de marzo de 2011

¿Qué somos?, Alma vs. Cuerpo

Desde que el hombre tiene conciencia de si mismo son muchos los problemas que se ha planteado, y que aún hoy en día no tienen respuesta, bien es cierto que una de las incógnitas más difíciles de explicar hoy en día es: ¿de donde venimos y a donde vamos?...
Y no sólo eso, desde siempre el hombre ha podido apreciar a simple vista sus diferencias respecto al resto de animales, pero, ¿qué nos hace tan diferentes?, o más bien podría decir: únicos...
Existen dos tipos de teorías que intentan explicar la peculiaridad del ser humano, una es el monismo, que defiende que la clave que hace al ser humano diferente del resto de los animales es su cerebro por el que se puede explicar todo, y que el desarrollo de la corteza cerebral nos hace emotivos, pero sobretodo racionales, principal diferencia con los animales.
Otra teoría que intenta explicar esto es el dualismo, que puede ser religioso o filosófico, y que intenta explicar que el ser humano es tan distinto del resto de animales porque es algo más que un cuerpo, tiene alma, que es la clave del pensamiento y del yo…

Y yo, ¿que pienso?...
Sinceramente, creo en la existencia del alma, pero creo en ella como algo único, es decir, algo que tiene cada persona de forma individual y que la hace única.
No puedo defender el monismo, que cree que la clave de nuestra peculiaridad reside en el cerebro, que tenemos todos los seres humanos, pero, por esa misma razón, yo creo que como todos los seres humanos tenemos cerebro, todos deberíamos ser iguales dentro de nuestra misma especie,  ya que el cerebro en este caso, reúne unas características concretas y comunes, y sin embargo somos tan diferentes, pero, ¿por qué?

La verdad, es que me está costando explicar mi segunda razón para defender la existencia del alma, porque se puede entender como una contradicción.
Creo en el alma como algo inmortal, como la esencia de una persona, que tras morir, perdurará en algún lugar el resto de la eternidad, pero no creo en la religión, al menos, no en la religión como amenaza durante la vida, me explico, la clave de, por ejemplo, la religión cristiana, es que en vida tienes que ser bueno para que cuando mueras un ser superior  te juzgue y vayas al cielo, pero si eres malo, irás al infierno.
Yo lo veo como una amenaza, y aún más, como una forma de mantener doblegadas a las masas, que por algún motivo, intentan pensar que no están solos, que algo superior les protege en su camino hacia algún lugar. Podría decir entonces, que soy una persona agnóstica, no me identifico con los valores, en este caso cristianos tan comunes en el mundo occidental, porque me parece que hay grandes vacíos inexplicables, como por ejemplo, si un ser superior, divino y benévolo nos protege, ¿por que parece que nos tiene abandonados?, deja que ocurran desgracias a la gente que menos lo merece, pero ¿por qué? si esa persona lo está haciendo bien, está siendo buena…Aunque, ¿lo está siendo porque cree que tiene que serlo, o porque se ve obligada a serlo?
Aunque sí, soy una creyente del alma, pero a mi manera, sin ninguna clase de patrones previamente establecidos, y que hay que seguir para tener una recompensa eterna. Creo que hay que ser bueno, porque debes serlo, sin ninguna clase de presión ni obligación
Creo sinceramente que la religión ha ido perdiendo su esencia inicial, y que se ha ido alejando de lo que en realidad era, una forma de explicar la existencia, porque como ya he dicho antes, el hombre desde siempre ha estado buscando respuestas, respuestas a preguntas que no tienen explicación, o que simplemente la solución da miedo, es por eso, que creo que una de las razones de la creación de la religión es el miedo colectivo, que hace que las personas se aferren a una solución que no les haga pensar que no sabemos lo que hay después de la vida. Y de que se les acaba el tiempo para encontrar respuestas.

Otra de las razones por las que creo en el alma, es que, a pesar de todos los avances científicos y conocimientos, no se ha podido buscar una explicación completa a lo que somos, ni de lo que estamos compuestos, sigue habiendo dudas y espacios en blanco, por lo tanto no se ha podido desmentir la idea de que también estamos compuestos por un alma que nos hace únicos…

Podría decir entonces que mi teoría es la dualista, aunque dentro de ella, me identifico más con la filosófica, ya que creo que todos tenemos un alma dentro del cuerpo, que es la verdadera esencia de los que somos, que es la responsable de lo que hacemos y que tiene las respuestas que nosotros, como ser individual, necesitamos.

Pero al final, creo que la duda sobre si el alma existe o no, nunca tendrá respuesta, al fin y al cabo, las grandes cosas, son las que no tienen explicación…

sábado, 19 de febrero de 2011

Qué bonito es enseñar…

¿Cómo puedo conseguir dar una clase interesante? yo creo que esta es la pregunta que se hace todo profesor encargado de dar una asignatura en una clase con treinta alumnos de media, a los que no les interesa especialmente lo que les están contando…

Yo creo que para dar una buena clase antes de decidir cómo tenemos que impartirla, tenemos que plantearnos qué queremos conseguir y cuales son los objetivos que tenemos que cumplir en el periodo de tiempo que dura el curso académico.
Hoy en día, el objetivo de la enseñanza es enseñar, valga la redundancia, pero ¿se tiene en cuenta el objetivo de los alumnos? porque no es ningún secreto que van a clase para aprobar y no para aprender. Entonces, ¿Cómo puedes conseguir que les guste algo, que ni siquiera les interesa? yo creo que esta es la pregunta clave del asunto. Yo en mi caso lo solucionaría así:

  • Para empezar, intentaría buscar el modo de motivar a los alumnos, probablemente averiguando sus gustos y aficiones para, posteriormente, usarlos como ejemplo de lo que se explica, o simplemente para que se den cuenta de que en realidad me interesan y de que no son una simple herramienta del trabajo, sino que son la verdadera razón de ésta profesión. También me parece importante saber que pretende cada uno, y que pretenden conseguir como grupo, lo que yo creo que fomenta la unión de los alumnos y su consolidación como grupo, lo que al fin y al cabo es lo importante. Pienso que no se puede dar una clase a un grupo de alumnos si no son primero un grupo de compañeros.
  • Segundo, desde el primer día les haría entender que cada uno tiene voz y voto en el grupo, y que su opinión es importante, pero sobretodo les haría comprender quien es el que verdaderamente manda en la clase, y que aunque sea dinámica y entretenida hay una serie de normas que hay que cumplir, la más importante el respeto, hacía el profesor y los demás alumnos.
  • Tercero, basaría mis clases en el modelo conductista de Skinner, pero adaptándolo a la situación de cada alumno. Por ejemplo, premiaría a esos alumnos que participan y se portan bien, e inhibiría a aquellos que hacen complicado el transcurso de la clase. Pero nunca, haría “pagar a justos por pecadores” (algo que se aplica en las clases, y que no entiendo ni entenderé nunca). Me parece la actitud menos pedagógica que puede tener un profesor, que paguen todos los alumnos por igual, porque a la vez que premias a los buenos, los estás castigando por algo que no han hecho lo que genera una frustración y una desmotivación, además de que el “castigo colectivo” hace que se creen tensiones en el grupo. Yo creo que hay que tratar a cada alumno de forma individual, tanto en los exámenes como en los castigos.
  • Cuarto, a la hora de dar las clases, intentaría que fueran dinámicas e interactivas, donde todos participaran por igual y que lo hicieran continuamente, porque al igual que yo como profesor tengo que enseñarles una serie de conocimientos, ellos como alumnos y personas pueden aportar cosas muy interesantes. También intentaría que fueran divertidas, lo que no quiere decir un cachondeo, simplemente que no sea la típica clase en la que el profesor se sienta y está cincuenta minutos hablando solo como un autómata…Pero lo más importante, yo creo es simplificar las clases y hacerlas amenas. ¿La razón de todo esto? conseguir la atención de los alumnos y lo más difícil mantenerla durante toda la clase.
Conclusión, lo más importante para una clase es conseguir que los alumnos se interesen por la asignatura, y a partir de ahí que cada uno elija como dar su clase, porque como bien dicen “sólo hay algo más bonito que aprender...enseñar”

sábado, 20 de noviembre de 2010

¿Es moral o inmoral...?

Este artículo ha surgido a raíz de las declaraciones que hizo Sánchez Dragó sobre que había mantenido relaciones sexuales con dos menores de 13 años en Japón, y del que nuestro profesor de filosofía nos ha hecho reflexionar y expresar nuestra opinión, sobre un tema tan “pantanoso”. Con pantanoso me refiero al hecho de que, en las dos siguientes preguntas se refleja el grupo de edad al que yo pertenezco, lo que me hace todavía más difícil, el publicar mi opinión sobre esta situación, sin sentirme identificada. Aun así lo voy a intentar:

¿Te parece moral qué dos menores de edad mantengan relaciones sexuales?

Mi respuesta es difícil, porque para responder a esta pregunta tendría que generalizar.Y no me gusta generalizar. De eso ya se encarga nuestra sociedad llena de prejuicios, que además tiende a poner etiquetas en temas que desconoce, actitud que yo siempre e criticado. Pero bueno eso es otro tema… (nota: hablar un día de los prejuicios de la sociedad.)
¿Qué si me parece moral? Depende, me explico, depende, ya  no tanto de la edad sino del nivel de responsabilidad y madurez del adolescente. Yo creo que mientras las dos personas estén conscientes de lo que supone y a lo que se arriesgan, pero que a la vez ponen los medios para evitar que pase nada, no tiene porque haber ningún problema. Lo malo, es que la sociedad tiene un patrón de edad claro, respecto a la hora de realizar una serie de cosas,  lo que es un gran error, porque produce que un adolescente tenga prisa por crecer y experimentar cosas nuevas, sin medir las consecuencias: yo tengo que hacer esto porque todos los demás ya lo han hecho…Lo que suele producir unas consecuencias catastróficas, ya no solo refiriéndome al tema del sexo.
Conclusión, que dos menores mantengan relaciones, siempre y cuando sea con cabeza, me parece bien.

¿Te parece moral que un adulto y un menor mantengan relaciones?

Claramente NO. Me explico, no me parece ni moral, ni normal que un adulto tenga que saciar sus necesidades sexuales con un menor. Porque, primero, el adulto, gana en experiencia al menor, y también debería ganarle en madurez y responsabilidad, pero me pregunto ¿un adulto que se acuesta con un menor es maduro y responsable?, yo creo que no, porque el adulto sabe perfectamente que se está aprovechando de la ingenuidad del menor.
Aunque tampoco me parece bien criticar solo al adulto, porque se supone, que si la relación es consentida, el menor también tiene cierta culpa, ya que lo hace porque quiere, y nadie le obliga. Lo que en realidad me preocupa, es la doble moral con la que se trata este tema: mientras yo lo hago, no pasa nada, sino, es totalmente condenable. La realidad es que vivimos en una sociedad hipócrita, porque, por ejemplo a mí y a mis amigas de 16 años, nos silban y nos miran cuando vamos por la calle, y no lo hace precisamente hombres de nuestra edad. Pero claro, luego sale por la televisión que un adulto se acuesta con un menor, y se les llena la boca condenando la situación... Como ya he dicho antes vivimos en una sociedad hipócrita y con una doble moral.
Conclusión, me parece mal que un adulto se acueste con un menor, sabiendo las diferencias tanto físicas como psicológicas que les separan.

domingo, 24 de octubre de 2010

¿Estudias o ...?

¿Y yo, para qué estudio?”. Esta es la pregunta mágica que todos los estudiantes nos hemos hecho alguna vez, independientemente de los motivos, y de la que casi todos hemos sacado la misma conclusión, “yo estudio, porque si no suspendo”, lo que produciría una reacción en cadena: no estudio porque no tengo ganas, suspendo el examen, mis padres se enteran de la nota, me castigan sin salir, sin ordenador, sin tele…, en fin, que acaba saliendo más rentable estudiar, que sufrir las consecuencias del suspenso.
Después de mucho pensar, he llegado a una conclusión, estudio porque es la única manera de cumplir mi objetivo: poder estudiar magisterio infantil y dedicarme a ello profesionalmente. Quizás sea por eso, o porque soy consciente de que sin estudios no se llega a ningún lado, soy capaz de observar el comportamiento de los demás chic@s de mi edad, un gran porcentaje no sólo no valoran esta oportunidad, sino que reaccionan ante los exámenes, como un castigo y una pérdida de tiempo, que les distrae de su principal objetivo: pasárselo bien.
Considero que mi actitud es pragmática, estudio para aprobar, porque me es útil para conseguir mi objetivo. Pero también considero que en determinadas asignaturas mi actitud es especulativa, por ejemplo, educación física, es una asignatura que creo que no me va a ser útil en la vida, y sin embargo me interesa aprender algo, sólo por el hecho de saberlo, aunque lo que pueda aprender, luego, no lo aplique a la vida diaria. Pero mi pregunta es. ¿Se puede tener una actitud pragmática, y a la vez especulativa respecto a un mismo tema? Yo creo que sí porque para mí, saber algo puede serme útil, y a la vez querer saber sólo por saber.
La conclusión que saco sobre el análisis de una pregunta tan conflictiva, que puede tener varias interpretaciones y conclusiones, es que considero que estudiar para conseguir cumplir un objetivo es una actitud pragmática, pero que estudiar sin un objetivo, puede ser una actitud especulativa, ya que quieras saber por saber, o una forma de pasar el tiempo, y a decir verdad, no estoy muy segura de cuantos alumnos hay, actualmente, con una actitud especulativa, en lo referente a los estudios.